viernes, 19 de agosto de 2011

Capítulo 4

Pasaron las horas y pronto tuvieron que ir a cenar. Existía un gran comedor, con bastantes mesas y sillas para cada uno de los alumnos y por supuesto para los maestros. Cuando llegaron Annie y Judith, casi todas las mesas estaban llenas, así que optaron por sentarse con un grupo de chicas que parecían distantes entre sí, pues parecía que también eran de primer grado.
- Muy buenas noches jóvenes - dijo amistosamente la directora, una mujer que rondaba los 40 o 45 años vestida de un vestido rojo carmesí.
- Buenas noches - Contestaron todos al unísono. Parecían robots al hacer eso, pero en todas las escuelas sucede.
- Bienvenidos a la Academia Clearwater, esperamos que sea un año de muchos aprendizajes y buenos ratos. - dijo y el salón completo estalló en aplausos; en verdad no había nada que celebrar, pero a la directora siempre se le tiene que aplaudir.
Y todos comenzaron a cenar; la comida era bastante buena, pero nada comparado con lo que preparaba su mamá. Pensó Judith. La cena pasó sin sobresaltos, Annie comenzó a platicar con las chicas de la mesa; se dio cuenta de que dos de ellas estaban en sus mismas clases, por lo que pronto conversaron más animadamente. Judith, como era de esperarse de una chica tímida, solo respondía a las preguntas que las demás formulaban, pero no le era sencillo entablar una conversación interesante así que las demás se cansaron y continuaron cenando.
Acabada la cena todos se retiraron a sus respectivas habitaciones. Una de las chicas que iría en las mismas clases que Annie, una chica rubia de cabello largo y sedoso llamada Melisa, acompañó a Judith y a Annie hasta su habitación, ya que su dormitorio estaba tres puertas adelante.
Judith aún no podía creer que tendría que vivir en ese horrible lugar durante todo un año; Si bien era cierto que podría salir en las vacaciones de navidad, dudaba demasiado que sus papás fueran por ella. Estuvo dándole vueltas a eso toda la noche por lo cual no dormir.
Annie por otro lado se sentía satisfecha de por fin estar en esa escuela, donde no tendría que lidiar con las reglas de sus padres ni con el fastidioso de su hermano. Para ella era como un sueño hecho realidad.
A la mañana siguiente todos tendrían que comenzar a asistir a clases. Eran las 6:35 a.m. cuando Judith despertó, no tenía ganas de levantarse, pero su clase de matemáticas comenzaría a las 7:00 y todavía tendría que bañarse y ponerse su uniforme.
Annie despertó muy emocionada a las 6:00 a.m. tomó una larga ducha y se vistió con su nuevo uniforme. Me encanta, pensó. Tardó alrededor de 20 minutos arreglándose y salió en dirección a su clase de Biología.
A llegar al aula, saludó a Melisa y a Karen, las chicas a las que había conocido el día anterior en la cena. Tomó asiento y esperó a que llegara el profesor.
Pasaron las clases, y Annie regresó con Melisa y Karen al dormitorio, en donde ya se encontraba Judith. Para ella, la mañana había sido un verdadero fiasco.
Llego tarde a su primera clase, por lo que su enojón maestro de matemáticas le ordenó que no volviera a suceder. Pasaron las primeras clases, y al salir a desayunar paseó por los alrededores del edificio. Es bello, pensó; bello pero tétrico. AL llegar a la parte norte del terreno, se dio cuenta de que algo en el césped brillaba. Se agachó para recogerlo, de pronto sintió que alguien la estaba observando; levantó la mirada y se encontró con un chico bastante extraño, pero no físicamente pues tenía el cabello negro y ojos marrones como la mayoría , extraño por esa orgullosa y egocéntrica sonrisa, y por como la miraba. – Tiene que ser del colegio – se dijo a sí misma Judith, pues el misterioso chico llevaba el uniforme de la escuela.
Levantó aquel precioso crucifijo que la había invitado a agacharse, lo miró sorprendida; si antes le había parecido precioso ahora se había enamorado de él. - ¿Será de oro? – pensó Judith. El chico seguía mirándola así que ésta se animó a preguntarle su nombre.
- ¿y tu… - dijo dubitativa, se había arrepentido pero era demasiado tarde, al menos tendría que terminar la pregunta – cómo te llamas?
El chico la miró extrañado y le pareció divertido que se atreviera a hablarle por lo que le respondió:
- Eugenio, Eugenio Cásares – Dijo y le tendió la mano. Al instante en que Judith la tomó, sintió escalofríos; no significaba que se estaba enamorando ni mucho menos, pues eso era diferente. Una mano tibia pero aún así se sentía distante.
- Mi nombre el Judith, mucho gusto – Dijo ahora más segura. Esto sí que es raro, pensó, pues nunca se le había facilitado el comenzar a hablar con alguien desconocido. – Y… ¿Por qué te encuentras aquí? – dijo.
- Yo te podría hacer la misma pregunta, pero deberíamos seguir con nuestros caminos. – dijo y comenzó a caminar en dirección opuesta a la que Judith caminaba.

domingo, 7 de agosto de 2011

Capítulo 3

Pasaron las horas y pronto tuvieron que ir a cenar. Existía un gran comedor, con bastantes mesas y sillas para cada uno de los alumnos y por supuesto para los maestros. Cuando llegaron Annie y Edith, casi todas las mesas estaban llenas, así que optaron por sentarse con un grupo de chicas que parecían distantes entre sí, pues parecía que también eran de primer grado.

- Muy buenas noches jóvenes - dijo amistosamente la directora, una mujer que rondaba los 40 o 45 años quien portaba un hermoso vestido rojo carmesí.

- Buenas noches - Contestaron todos al unísono. Parecían robots al hacer eso, pero en todas las escuelas sucede.

- Bienvenidos a la Academia Clearwater, esperamos que sea un año de muchos aprendizajes y buenos ratos. - dijo y el salón completo estalló en aplausos; en verdad no había nada que celebrar, pero a la directora siempre se le tiene que
aplaudir.

Y todos comenzaron a cenar; la comida era bastante buena, pero nada comparado con lo que preparaba su mamá. Pensó Edith. La cena pasó sin sobresaltos, Annie comenzó a platicar con las chicas de la mesa; se dio cuenta de que dos de ellas estaban en sus mismas clases, por lo que pronto conversaron más animadamente. Edith, como era de esperarse de una chica tímida, solo respondía a las preguntas que las demás formulaban, pero no le era sencillo entablar una conversación interesante así que las demás se cansaron y continuaron cenando.

Acabada la cena todos se retiraron a sus respectivas habitaciones. Una de las chicas que iría en las mismas clases que Annie, una chica rubia de cabello largo y sedoso llamada Melisa, acompañó a Edith y a Annie hasta su habitación, ya que su dormitorio estaba tres puertas adelante.

Edith aún no podía creer que tendría que vivir en ese horrible lugar durante todo un año; Si bien era cierto que podría salir en las vacaciones de navidad, dudaba demasiado que sus papás fueran por ella. Estuvo dándole vueltas a eso toda la noche por lo cual no dormir.

Annie por otro lado se sentía satisfecha de por fin estar en esa escuela, donde no tendría que lidiar con las reglas de sus padres ni con el fastidioso de su hermano. Para ella era como un sueño hecho realidad.

A la mañana siguiente todos tendrían que comenzar a asistir a clases. Eran las 6:35 a.m. cuando Edith despertó, no tenía ganas de levantarse, pero su clase de matemáticas comenzaría a las 7:00 y todavía tendría que bañarse y ponerse su uniforme.

Annie despertó muy emocionada a las 6:00 a.m. tomó una larga ducha y se vistió con su nuevo uniforme. Me encanta, pensó. Tardó alrededor de 20 minutos arreglándose y salió en dirección a su clase de Biología.
A llegar al aula, saludó a Melisa y a Karen, las chicas a las que había conocido el día anterior en la cena. Tomó asiento y esperó a que llegara el profesor.

Pasaron las clases, y Annie regresó con Melisa y Karen al dormitorio, en donde ya se encontraba Edith. Para ella, la mañana había sido un verdadero fiasco.

domingo, 31 de julio de 2011

Capitulo 2

Por fin había llegado el día, el día de inicio de clases, Annie al igual que todos los que comenzaban el primer grado se sentía nerviosa, tanto tiempo de prepararse habían rendido fruto, ya que sabía por lo menos en que parte del edificio se encontraban sus aulas y mejor aún, ya sabía en que dormitorio estaría y el nombre de su nueva compañera.

Llegó sin ningún problema hacia su cuarto; aún no conocía a nadie y todos la miraban con misterio, como si detrás de esos bonitos folletos hubiera algo más, algo que al parecer ella tendría que descubrir por sí sola.

Abrió la puerta de su nuevo cuarto con la llave que le había sido entregada en secretaría; se dio cuenta de que había estado abandonado durante algún tiempo, por el perceptible olor a moho que despedía la habitación. Intentando tapar un poco sus fosas nasales abrió la ventana y respiró el fresco aire de los al rededores. La vista es maravillosa, pensó. Y era cierto, detrás de la pared que marcaba los límites de la propiedad había un gran bosque repleto de árboles, miles tonalidades de verde y un cielo lleno de grises nubes formaba ese bello, pero también misterioso paisaje.

Trató de ponerse cómoda y comenzó a desempacar. Unos cuantos minutos más tarde se escuchó que la manija de la puerta comenzaba a moverse. - Deberá ser mi compañera, Edith.- dijo para sí misma. Se abrió la puerta y tras de ella apareció una chica de tez clara, y cabello negro azabache, sus ojos marrones parecían fundirse y formar el más dulce chocolate.

Ella se sorprendió al ver a Annie tan cómodamente sentada sobre la cama, para Edith esto era una pesadilla, nunca había querido estar en un internado, en su hogar tenía amigos y ahí era una total y completa desconocida. - Bueno, intentaré al menos hacer una amiga.- Se dijo a sí misma, tomó un respiro y expulsó un leve: Hola.

Annie, no había escuchado decir nada a su compañera, pero por su mirada, se había dado cuenta de que quería socializar, a ella le había sucedido lo misma las tantas veces que había cambiado de escuela, por lo que tuvo compasión y le dijo:

- Hola, yo soy Annie. Mucho gusto - y le tendió la mano.

Edith agradeció el gestó y decidió presentarse.

- Mi nombre es Edith, el gusto es mío - Dijo

- ¿De dónde eres? - Preguntó Annie, sabía que la escuela era reconocida, y eso causaba que los estudiantes vinieran de todo el país, o incluso de fuera de él.

- Yo vengo de León, al norte de Guanajuato. - Dijo Edith, siempre había sido un “orgullo” por decirlo de alguna manera, pertenecer a una ciudad importante, pero esta vez, se sentía menos; sabía que en este colegio se encontraba gente de Guatemala, de Honduras, de la cuidad de México y de muchos otros lugares así que no le prestarían atención a la chica de León…

- ¡Ah! ¡Que bien! Yo estudié un tiempo en León, en el colegio Cervantes. - Dijo Annie, tenía que conocer a su nueva compañera, tal vez y tuvieran algo en común. - ¿En qué colegio estudiabas?

- En la escuela Miguel Hidalgo, nunca había estado en un colegio, y mucho menos en un internado como este… Tan tétrico, misterioso…- Dijo Edith, No lo podía callar, no le gustaba para nada este lugar, la mirada de los estudiantes siempre era distante, como si añoraran salir de ahí. No sabía lo que pasaba, pero esperaba salir viva del año escolar.

- Si, ya lo creo. - Dijo Annie, ella también sentía que este colegio ocultaba algo, pero era parte de la “magia” que, según ella, poseía el lugar.

Siguieron platicando, conociéndose la una a la otra y se dieron cuenta de que eran muy distintas y muy parecidas a la vez.

sábado, 30 de julio de 2011

Capítulo 1

Se percibía un aire de misterio en el colegio, en este lugar en donde un par de días mas tarde iniciarían clases alrededor de ciento ochenta estudiantes. Su nombre, Academia Clearwater. Aunque muy contrario a su nombre, el lugar no tenía nada de claro; estaba ubicado en un pequeño valle rodeado de sinuosas colinas y usualmente cubierto por un denso techo de neblina.

Por otro lado, sus estudiantes se preparaban para entrar en lo que sería su hogar durante un largo año. En especial Annie, una chica de tez clara y rizos castaños quien llevaba meses deseando por fin entrar a la secundaria, sin importarle el hecho de no poder ver a su familia durante mucho tiempo. Tenía hecha su maleta desde hacía una semana y ahora, dos días antes, estaba delirando.

-¡Mamá!- Dijo Annie desesperada, había estado planeando esto durante tanto tiempo que le parecía absurdo el hecho de no encontrar las calcetas de su nuevo uniforme limpias.

- ¿Si, hija? - Dijo muy amorosamente su madre, aún no podía creer que su pequeña hija no estaría en casa.

- Las calcetas no están limpias ¿Sabes? - Dijo Annie tendiéndole un par de calcetas blancas manchadas de lodo.

- No puede ser, ¿Cómo fue que se ensuciaron tanto? - Preguntó molesta; las había lavado ese día por la mañana.

- ¿Tu quien crees que las ensució? - Dijo Annie mirando suspicazmente a su hermano. Siempre le pasaba esto a ella, su hermano estaba empeñado a no dejarla ir a su escuela y hacía todo lo posible por retrasarla y quizá impedir que se marchara.

- No te preocupes hija, que yo las volveré a lavar- Dijo dirigiéndose al cuarto de lavado y desapareció.

Miles de cosas pasaban por la mente de Annie, sabía que comenzar con esa nueva etapa sería difícil, pero de algo estaba segura; lo lograría.

martes, 26 de julio de 2011

Gracias por todo!

Esta entrada es para avisar a quienes aún lean mi blog, así esporádicamente que se acabó! Haha Sii, fue algo así muy repentino lo se, per tenía que vanzar, terminar con esa etapa de mi vida.

Si, esta historia esta basada en hechos reales, aunque fue distorsionada un poco para agregarle más drama y amor...

A quien de verdad le halla gustado la historia, vea mi otro blog:


Es a "continuación" por decirlo de aguna manera de esta historia, si se dan cuenta Emily y Ricardo son Cloe y Cris, es algo menos amorosa pues esta vez Isabela (Alice) no siempre consigue lo que quiere, y puede que no sea correspondida como en esta historia. Debo admitir que escribir me ayudó a superar el rompimiento, así que muchas gracias a todas las que siguen y que en su momento leyeron esto. Las amo por el simple hecho de qu eles gustaba lo que yo hacía =)


Simplemente ¡GRACIAS!

miércoles, 27 de abril de 2011

26: Callendo en picada

Las cosas habían estado bastante normales desde aquel insidente; bueno, tan normales como se suponía que podían ser. Pronto se terminaba el año, y yo seguía de novia con ricardo, pero Cloe y bruno habían cortado, Zoe y Giovanni también; por lo que a mi me asustaba mucho.

Ricardo llamó a mi casa para invitarme al parque.

- Hey Alice, ¿Te gustaría vernos en el parque?
- Si claro, nos vemos a las 4.
- Esta bien, adiós-
- Te quiero - dije y colgó

No sabía que estaba pasando, había estado muy seco los últimos días y aunque le había preguntado, su respuesta nunca había psado de un seco y monotono "nada"

Me alisté para ir al parque, las salidas "sola" se habían hecho más comunes en mi casa, así que ir al parque no sería un problema.

Tomé mi bolsoy salí en dirección al parque.
Por mi mente pasaba un mundo de cosas. Pero más pronto que nada llegué y lo vi.

Estaba tan lindo, con su bella sonrisa que yo tanto admiraba, aunque... algo tenía, no se le veía contento; yo lo sabía, lo conocía bien como para decir que la sonrisa era falsa. Puso la misma cuando trató de consolar a Bruno por lo de Cloe y ella.

En la mano derecha tenía una rosa y en la izquierda una hoja. No sabía que sería eso, pero no me daba buena espina.

Me tendió ambas al mismo tiempo y justo después de que las tomara se echó a correr. Traté de seguirlo pero otra de sus cualidades: era bastante rápido. Pronto me dejó atrás. Sola con una carta y rosa en mano.

Me senté en una banca y sopesé lo ocurrido unos instantes.No tenía más remedio que abrir la carta, pero presentía lo que contenía.

*" Hola Alice, no puedo soportarlo más. Tu sabes que he estado distindo durante unos cuantos días, y tienes derecho a saber la razón. Me he enamorado de alguien más y no quiero hacerte sufrir haciendote creer que aún te amo. Por todo, muchisimas gracias y lo siento mucho de verdad...

Te quiero Alice y me gustaría que fueramos amigos.

Ricardo "*


Sin pensarlo demasiado comencé a llorar, un sentimiento horrible. Y en mi garganta se había atorado mi corazón. Siempre me habían descrito como una persona que no espresa demasiado mis sentimientos; pero a Ricardo había abierto la puerta de mi corazón, y ahora salía de el dejandolo vacío sin nada por lo cual luchar.

Estuve un buen rato llorando, tal vez una o dos horas, pero comenzaba a oscureces. Así que decidí iniciar mi calvario de regreso a mi casa. Cuando me levanté de aquella bancame di cuenta de que aún,en mi mano, yacía una rosa; una bellísima rosa roja, cuyo propósito había sido endulzar la amargura. La acerqué a mi nariz e inspiré. El delicioso aroma no tuvo efecto alguno en mi, por lo que arrojé aquella bella flor sin culpa alguna lo más lejos que pude. Corrí hacía mi casa aún sollosando, entré haciendo el menor ruido y fui a mi cuarto.

Lloré amargamente hasta que el sueño me venció.

Premio!

Hola! Haha Es fantástico volver al mundo blogger!

Me dí cuenta de que Val me dió un premio en febrero y según lo que leí en su blog debo de poner 7 cosas sobre mí y darlo a otros 10 blogs... Allá voy!



1 Amo escribir, y me gustaría ser escritora.
2 Me encantaría conocer al hombre perfecto, o bueno al menos lo más próximo a ser perfecto
3 Me encantan los libros de Crapúsculo, Harry Potter, Percy Jackson y los dioses del olimpo y los de Ghosthgirl
4 Soy nerd pero, según mis amigos, divertida.
5 Amo los changos de peluche xD
6 Me encantaría aprender a tocar el piano
7 Me gusta ser feliz =D

Ahora daré en premio a algunos de los blogs más geniales ...

1 Cullen Story
2 Lluvia de Estrellas
3 Luz Bajo las sombras
4 Te amo por sobre todas las cosas
5 To grow dark
6 Necesito una sonrisa
7 Cassie Story
8 Our Love is like a song
9 Amor a dos bandas
10 Cuando él se fue

p.d.: El número no significa nada... solo es para saber cuantos son. No indica importancia ni qeu sea mejor uno que el otro.